Por todos es sabido que Cuba lleva más de 50 años sin poder realizar operaciones comerciales con Estados Unidos. Ahora parece que el embargo comercial va a ser levantado en un futuro no muy lejano. Y entonces el problema será que la producción de habanos puede no ser suficiente para cubrir la demanda por parte del país norteamericano. Según los datos de  la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba, entre 2009 y 2014 el tabaco cultivado en Cuba descendió un 65% y la producción anual descendió un 21%. Por lo que respecta a las exportaciones, estas se redujeron un 58% si tomamos como referencia los datos entre 2014 y 2006.

Por todas estas razones y en previsión a que se levante el embargo, la tabacalera estatal, Tabacuba, pretende incrementar la producción un 20% anual durante los próximos cinco años. Cabe recordar que las marcas cubanas de puros representan cerca del 20% de los 500 millones de cigarros hechos a mano vendidos en mundo anualmente. Además, Estados Unidos es el mayor mercado anual de cigarros, un mercado que ha estado fuera del alcance de los productores cubanos desde 1962 cuando se instauró oficialmente el embargo comercial. De toda manera, los ciudadanos norteamericanos pueden comprar habanos por Internet a través de vendedores extranjeros, aunque técnicamente es una operación ilegal, o a través de visitantes a la isla, que pueden llevar a Estados Unidos hasta cien dólares en puros.

Según las cifras que manejan los productores cubanos, sólo un 3% de los cigarros de alta calidad consumidos en Estados Unidos son cubanos, mientras que si se levanta el fin del embargo esa cifra aumentaría hasta un 30%, indican fuentes de Habanos, la empresa conjunta entre Cuba e Imperial Tobacco.

El gobierno cubano controla la producción

Actualmente, las autoridades cubanas controlan cada una de las fases de la producción del tabaco. Posteriormente compra la cosecha y la envía a unas 40 plantas distribuidas por todo el país donde las hojas son enrolladas en puros para exportar. Este aspecto es uno de los que más preocupa a los productores para cuando se abra el embargo, puesto que enrollar los cigarros a mano es todo un arte que conlleva su tiempo y no hay tantos profesionales artesanos que sepan realizar dicha técnica.