La Directiva europea que ha entrado en vigor el 20 de mayo por la que se debe producir un empaquetado genérico del tabaco reduciendo al mínimo el espacio donde aparece el nombre de la marca, supone, para la Mesa del Tabaco, convertir a las cajetillas en el soporte de los mensajes sanitarios de las autoridades, que duplican su tamaño y, por ello, reduce las posibilidades de elección de los consumidores, ya que será más difícil identificar su marca de cigarrillos. «En nuestra opinión, esta Directiva es una muestra de la hiperregulación a la que está sometido nuestro sector, ya que contiene algunas medidas muy restrictivas y desproporcionadas. Es el caso, por ejemplo, de la ampliación del tamaño de las advertencias sanitarias hasta duplicar el espacio actual, cuestión por la que se reduce al mínimo el espacio útil destinado a la impresión de las marcas. Esta reducción del valor de la marca afectará a todos los estamentos», asegura Juan Páramo, portavoz de la Mesa del Tabaco, quien recuerda que el sector del tabaco genera 61.000 empleos en España y es el quinto contribuyente del Estado con más de 9.137 millones de euros de ingresos anuales a las arcas públicas vía impuestos. La aplicación de la nueva Directiva de Productos del Tabaco supone un esfuerzo para el sector. «Los fabricantes e importadores tienen que rediseñar las 3.000 referencias de labores de tabaco que se comercializan en España para adaptarlos a las nuevas normas de envasado y etiquetado», precisa Páramo.
El principal objetivo de la Directiva es reducir el consumo de tabaco, especialmente entre los menores, una meta que posiblemente no se alcanzará con medidas como esta. «Desde el sector, consideramos que, por el simple hecho de ampliarse el tamaño de las advertencias sanitarias, no se va a reducir el consumo de tabaco o se va a dificultar el acceso de los menores a este producto. De hecho, no hay ningún estudio científico que señale que por ampliar el espacio de las advertencias sanitarias se vaya a reducir el consumo», sostiene.