Nos ha llamado la atención las últimas previsiones que ha realizado el Gobierno de España respecto a la recaudación de impuestos del tabaco. Según se ha hecho público en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año 2018, está previsto recaudar 7.050 millones de euros con el impuesto especial a las labores del tabaco. Esta cifra supone un aumento del 6,4% respecto a lo que se recaudó por este concepto en el año 2017: 6.628 millones.
Si tenemos en cuenta que en el 2017 se recaudaron 50 millones menos que un año antes, y que los datos de venta de tabaco en los estancos españoles no están mejorando excesivamente, nos parece extraño hacer una previsión de ingresos tan optimista. A no ser que el Gobierno plantee un aumento de impuestos en el producto que vendemos para mejorar esa recaudación.
En las previsiones también se apunta un aumento de la recaudación por los Impuestos Especiales que gravan tanto a la cerveza como al alcohol y las bebidas derivadas. Si añadimos la partida impositiva que proviene de los hidrocarburos, el Gobierno prevé una recaudación total, gracias a los Impuestos Especiales, de 21.612 millones de euros, es decir, otro 6% más de lo que se consiguió ingresar en el 2017 (20.308 millones). Las tasas que proceden de la venta de labores de tabaco suponen casi un tercio del total recaudado por esos Impuestos Especiales.
El Ejecutivo considera que el descenso de recaudación con el impuesto del tabaco del año pasado fue la consecuencia de un «acaparamiento» que se produjo a finales del 2016 «en vísperas a la subida de tipos» aprobada por el Gobierno. Añade que los datos de Hacienda muestran que la recaudación cayó un 37,9% en febrero, mientras que a partir de abril el crecimiento de ingresos fue del 1,7%. Este hecho es el que hace imaginar un aumento de la recaudación durante el 2018.
Nos parece un tanto arriesgado pensar en una mejora puesto que, aunque la teoría del «acaparamiento» fuera cierta, la realidad es que durante todo el 2017 se recaudó un 4% menos que lo previsto y un 0,7% menos que lo ingresado en 2016. Pensar que los datos del 2018 superarán incluso a las previsiones hechas en 2017 resulta, a nuestro modo de ver, un tanto atrevido. Ojalá nos equivoquemos.
Otra cosa sería que las ventas crecieran o que el contrabando de tabaco se redujera de manera importante: en ambos casos los objetivos impositivos del Gobierno se podrían cumplir y, además, los estanqueros de España estaríamos muy contentos ya que que habríamos mejorado nuestra situación respecto al año anterior. En este caso, todos felices.